sábado, 29 de noviembre de 2008

DE EGOS Y RISAS CON NOCTURNIDAD Y ALEVOSÍA.

A J.A.M.G. por la lealtad y la mirada de niño.


Esta foto es de ahora, de ahora, ahora, de ahora mismo. Sin retoques sofisticados-tampoco sabría hacerlos y me importan una mierda, francamente-en la imagen, pero tal vez con ligeros retoques en el alma ¡que diantres querrá decir alma, que diría Millás! Soy yo. Sonrío y es un prodigio. Tal vez todavía quede una utopía con carácter de sur abierto. Tal vez porque soy mala en rencores y no espero a que nadie pase por mi puerta jodido, no. Bastante jodida es la vida—y buena, y regular-para desear nada malo a nadie, ni siquiera a los estúpidos, a los gilipollas, a los ignorantes que creen que no lo son. Bastante jodida la tienen, la vida, para que les desee nada malo. Es más, les invitaría a una cervecita fresca y una palmada en la espalda, y les diría “ve con dios”, más que nada para que lo busquen y estén un rato-un rato, la vida-entretenidos en las banalidades de la búsqueda y lo mismo así se encuentran y aprenden a hablar para adentro, quedo, y a musitar versos de Gil de Biedma,
"El eco de los días de placer,el deseo,
la música acordada dentro del corazón,
y que yo he puesto apenas en mis poemas, por romántica;
todo el perfume, todo el pasado infiel,
lo que fue dulce y da nostalgia,
¿no ves cómo se sume en la realidad que entonces soñabas y soñaba?..."
Pongo la foto por ego. Ego, ego, me digo y reafirmo en ego, yo, yo en mi.
Tal vez he pensado demasiado en lo que piensan los demás y como diría Salvat Papasseit “no me importa lo que penséis de mi” me importa una mierda, demasiado tiempo barruntando en un si es un no o un no es un si. Lo dicho, un bledo para el que quiera redecorar su hígado a base de trocitos de las vísceras de los demás.
Esta foto, es de ahora, de ahora, ahora, de ahora mismo. Y sonrío al ver tus miradas de noche clara, de tragaluz empático. Me acercas a la certeza de la lealtad que aun acaricia mis piernas, es por ello que sonrío, simplemente, porque tu me miras y yo te sueño. Te sueño, sueño, dueño, sueño, de manera obscenamente alevosa, con nocturna- e incluso diurna- soledad.
(He escrito tres "tal vez" con este, cuatro ¿me permites un quinto "tal vez"?Gracias por tener manos de palomar abierto, te cantaría bajito "Nits de lluna plena, somnis d´embalat...de vent i de blau.")

viernes, 28 de noviembre de 2008

LOS CRIMENES DE LA CALLE DEL SILENCIO.





"Disuelto en la niebla, ausencia...
Allá, allá lejos:
Donde habite el olvido."
Luis Cernuda.
Ahora lo entiendo,
y no lo entiendo a la vez.
Paradojas.
Los crímenes de la calle del silencio.
En las asépticas documentaciones,
de muertes anunciadas,
aparecen cadáveres anónimos,
seres que volaron, escaparon de su dolor,
sin señalar la causalidad de la pérdida.
¿Hubo pérdida?
Se dejaron llevar por la vorágine pasional,
de un río lleno de aristas y rodamientos.
Los entiendo conformados ante la duda,
la negación y la existencia arrastrada.
Los entiendo en las largas noches,
en las que se espera un milagro que no llega.
Mala resulta la idea de abandonarse al abandono,
que te lleva en volandas rompiendo caminos.
Nadie dice, todos callan.
No habrá forense que rubrique la muerte abandonada,
que sufrió de ausencia y murió de olvido.
Repiquen las campanas anunciadoras,
en olor a multitudes enceradas,
plañideras de horas convenidas en busca de
huecos,
lloronas merodeadoras de dudosa ética
vaginal.
Y aún así,
recrimino a los muertos su propia muerte…

miércoles, 26 de noviembre de 2008

TAL VEZ ENTONCES PODAMOS NADAR.



"La Lluvia tiene un vago secreto de ternuna..." F.G.L.


“Era como si hubiera visto beber agua a alguien y de pronto hubiera descubierto que ella tenía sed, una sed vieja y profunda. Tal vez fuese sólo falta de vida: estaba viviendo menos de lo que podía su sed, tal vez, pedía inundaciones.”
CLARICE LISPECTOR “Cerca del corazón salvaje”


Hay dichos viejos en los que ya explicitan que tal vez, Lispector, tal vez, es mejor no ver, no probar, no sentir, no tocar. Cuando has probado, has sentido, has tocado, y lo pierdes, ya no ves, la ceguera te invade y barruntas todos los porqués del mundo.
Pido inundaciones de manos abiertas y solo hay un silencio, roto por el tecleo de mis dedos y el palpito de un corazón que se resiste a dejar de preguntar.
Solo me buscas cuando quieres que te escuche.No me oyes, no te llega el sonido del agua de mis ojos. Me estoy escapando de entre tus dedos y no quiero irme, pero me voy. No dejes que me convierta en arena, haz que llueva en mi boca abierta, inundA mi garganta sin importar que no sea abril. Corramos, corramos, corramos. Peleemos calles a golpes de beso, empapados y soñadores seremos felices por un instante, un segundo, una hora...Habrá un año en el que habrá un día en el que dirás: vamos. Y yo iré con la boquita pintada y unas chanclas para mojarme de vida. Hazlo, dame tu mano y comprende, comprende, comprende. Tal vez entonces podamos nadar.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Reacciones paradójicas.


.

Hoy he ido, se suele decir, “al médico” la frase siempre me ha producido la sensación de visitar grutas sin linterna o caminar a tientas entre senderos sinuosos con posibles caídas al abismo, todo ello, eso si, sin nocturnidad pero con premeditación y alevosía. Mal asunto. Los señores galenos me producen una cierta alergia y un respeto dudoso, a priori, el mismo que podría tener por cualquier otra profesión; señalo esto último con énfasis por la manía quasi universal a ese respeto exacerbado que tenemos hacía un trabajador ¿porqué trabajan, no? del cual no sabemos absolutamente nada y que la puede pifiar en cualquier momento. Véase, la categoría ya del dirigirnos al susodicho: Sr. Doctor, vamos tengo colegas que también son doctores, en otros ámbitos, pero doctores, y nadie les dice: Sr. Doctor, a mi nadie me llama Sra. Casidoctora o Sra. Licenciada. Esta barrera, ya imprime un escalón al más puro estilo militar, la distancia esa tan americana de los cursillos pestilentes para ejecutivos agresivos-esos que acaban probablemente como en “la muerte de un viajante”, de marcar territorios. La situación es francamente ridícula si no fuese porque juegan con la salud de uno, conceptos básicos entre el bien y el mal, sano-enfermo.
Todo esta parafernalia anterior, amén de ser una opinión digamos que, de siempre, ayer se tornó más firme si cabe. Si, ayer tenía que ir a recoger los resultados de unos análisis, me encontraba altamente cansada, apática y que mejor que unos análisis; me hicieron unos primeros en los que todo estaba normal, muy normal, excepto lo que no lo estaba, es entonces cuando te dicen que hay que repetir y tal vez hacer una punción para descartar “males mayores”. A una se le queda cara como de acelga, entre la mala leche, la tristeza y la desinformación, eh, porque si preguntas mucho les jodes y acaban diciendo eso de “yo solo sé que no sé nada y conócete a ti mismo” como dijere el tocayo de mi padre, pero en cutre. Y una espera unos diítas, acongojada-o acojonada, como prefieran-y llegó el gran día, y ese gran día, ayer, no es como los días en los que esperabas resultados, un poner, de los exámenes, de ellos, de los exámenes sabías perfectamente como te había ido y, punto arriba, punto abajo, esperabas una certeza. Aquí los resultados son como esperar a que te digan cualquier cosa, y los tristes mala follás, esperamos lo peor, y una explicación de ese peor o ese mejor. La suerte, que a veces me acompaña a modo de Jedi de la cotidianidad, me ha acompañado, si, la resulta es una abundancia en sangre-en mi sangre, queridos médicos de mi corazón-de benzodiazepinas, que ellos mismos me habían prescrito. La respuesta del galeno, sencilla: nada, nada, lo quitamos y ya está ¿Ya está? El, ya está, resonaba en mi cabeza, ya está, ya está... y no sabía si darle un morreo de película, por la alegría, o una patada en el culo, por el cabreo supino y tan solo le musité: claro, serán reacciones paradójicas ¿no? Me miro fijamente con ojillos de estupefacción y creo que casi estuvo apuntito de decir ¿Lo cualo? En ese momento entendí que no entendía y que lo mejor era darse la vuelta y decir: la paradoja es Vd. Sr. Doctor. No lo hice, y al decir adiós lo miré como solo se miran a los imbéciles y pensé que era un buen momento para quererme, largarme presta a ese rinconcito-mi habitación-con Clarice Lispector y un café.

lunes, 17 de noviembre de 2008

A LUIS GARCIA MONTERO.






Quizás no deberíamos sorprendernos de nada, pero he de decir que no pierdo la capacidad de asombro, primero con la tan traída-y venída-Memoría Histórica (así con mayúsculas) una deuda pendiente que no se ha sabido saldar desde los ámbitos pertinentes. Crimenes contra la humanidad que desde aquí-y eso me consuela, pero me enerva al mismo tiempo-tanto la UAB como la UB hemos impartido otra clase de historia por lo que veo. Desde hogaño--y quiero que se me entienda el énfasis--he intentado rescatar, cotejar, divulgar--como quieran llamarlo--varios, muchos, casos sangrantes tanto en la zona de Granada como en la de Almería, por cuestión de justicia aunque fuere divulgatoria y por cuestión, sobre todo, de sangre, cutánea. Me he dirigido en diferentes ocasiones a los mal llamados archivos--sin archivar--especialmente en el llamado "Caso del parte del inglés" en el que mi implicación no es nada objetiva--ni quiero, ni debo--y en el que mi familia no pide cuerpo alguno, sino la verdad sobre esa sentencia, que aún obrando en mi poder, se me han negado una y otra vez cualquier información.
Bien, esta introducción de un tema que daré debida cuenta en su día, viene a cuento por la rabia y la indignación que me produce la sentencia al profesor Luis García Montero por llamar perturbado a un colega que, efectivamente y con la RAE en la mano, es un perturbado.
Los mismos perturbados que en otras tantas profesiones, véase periodistas, historiadores--se me eriza el alma al recordar al pseudo-cosa Moa o a un tal Vidal--y tantos profesores u otros seres incognitivos con licenciatura para matar ideas.
Estoy indignada y desde este humildísimo lugar solo puedo decir:
Montero, gracias por la dignidad y la poesía.

SONATA TRISTE PARA LA LUNA DE GRANADA
A Marga
"Le ciel est par-dessus le toit"
Paul Verlaine
Esta ciudad me mira con tus ojos,
parpadea,
porque ahora después de tanto tiempo
veo otra vez el piano que sale de la casa
y me llega de forma diferente,
huyendo del salón,
abordando las calles
de esta ciudad antigua y tan hermosa,
que sigue solitaria como tú la dejaste,
cargando con sus plazas,
entre el cauce perdido del anhelo
y al abrigo del mar.
Estarías aquí
y nada habría cambiado sino el tiempo,
el cadáver extraño de sus ríos
que siguen sumergidos
como tú los dejaste.
Ahora
siento otra vez mi cuerpo poblarse de veletas
y lo veo entendido
sobre generaciones de ventanas antiguas
mientras la noche avanza solitaria y perfecta.
Somos de una ciudad
cargada de paciencia,
que no conoce el sueño de los invernaderos,
ni ha vivido la extraña presencia del amor.
Como pequeñas venas
los comercios esperan para abrirse mañana
y el deseo no existe
más allá de la luna de los escaparates.

Hemos soñado ya todos los sueños,
hemos vivido aquí
donde la historia olvida sus raíles vacíos,
donde la paz es negra y se recoge
entre plazas cerradas,
sobre tabernas viejas,
bajo el borde morado del misterio.

Alguna vez soñamos
con un mundo distinto:
era cuando el imperio perdido del azúcar
y llegaban viajeros
al olor de la industria.
Las calles se llenaron de motores rugientes
y la frivolidad
como una enredadera brillante por los ojos
nos ofreció de pronto
templada carne, lámparas de araña.
Parece que os recuerdo
abrasados al mundo entre trajes de hilo,
entre la piel hermosa de una época
que nos dejó sus árboles,
el corazón grabado
sobre las pitilleras, y su dedicatoria
en las fotografías.
Ahora
cuando el destino ya no es una excusa
sino la soledad,
y los cielos están bajo el tejado
como tú los dejaste,
todo recuerda un sueño sucio
de madrugada.
Aquí
no tuvimos batallas sino espera.
La guerra fue un camión que nos buscaba,
detenido en la puerta,
partiendo con sus ojos encendidos
de espía
y al abrigo del mar.
Más tarde
entre canciones tristes de marineros rubios
todo quedó dormido.
De balcón a balcón
oímos la posguerra por la radio,
y lejos,
bajo las cruces frías de las plazas,
ancianas sombras negras pascaban
sosteniendo en las manos
nuestra supervivencia.

Esta ciudad es íntima, hermosamente obscena,
y tus manos son pálidas
latiendo sobre ella
y tu piel amarilla, quemada en el tabaco,
que me recuerda ahora
la luz artificial del alumbrado.

Vuelvo hacia ti. Mi corazón de búho
lo reciben sus piernas.
Como testigos mudos de la historia
acaricio las cúpulas perdidas,
palacios en ruina,
fuentes viejas
que recogen la luna
donde van a esconderse los últimos abrazos.
Verdes en el cansancio
de todas las esquinas
esta ciudad me mira con tus ojos de musgo,
me sorprende tranquila
de amor y me provoca.
Amanece
moradamente un día
que las calles comparten con la lluvia.
La soledad respira más allá
de las grúas
y mi cuerpo se extiende
por una luz en celo que adivina
los labios de la sierra,
la ropa por las torres de Granada.

La madrugada deja
rastros de oscuridad entre las manos.
Oigo
una voz que clarea. Lentamente
los tejados sonríen cada vez más extensos,

y así,
como una ola,
entre la nube abierta de todos los suburbios,
esta ciudad se rompe sobre las alamedas,
bajo los picos últimos
donde la nieve aguarda
que suba el mar, que nazca la marea.
De "El jardín extranjero"

Podeís firmar en la página http://www.festivaldepoesiadegranada.com/
Y que Granada, Andalucía entera, no calle más.

sábado, 8 de noviembre de 2008

DE LOROS, PAPAGAYOS Y SIRENAS.



A Lluis Maristany, profesor y mago.
"Estaba rígida, inmóvil, adherida a la tierra y formando parte de la montaña, igual que sus plantas, sus árboles, sus rocas, sus piedras...Todo se cubría por igual con la blancura de la nieve. Desde las cumbres más altas, desde el Mulhacén y el Veleta, picos helados e inhumanos, bajaba un viento enérgico que azotaba mi cuerpo. Aquel grandioso y gélido espectáculo se apoderó de mí. Nada podía hacer ni pensar. Al fin me dejé caer junto a Elsa, sobrecogida por el poderoso silencio de las montañas y de la muerte. Y me pareció que ella vibraba ahora con la misma pulsación de la tierra. Deseé dejarla allí para siempre, en aquel espacio, tan ajeno al mundo de los hombres, que ella misma había elegido para confundirse con él, para pertenecerle, como si por fin hubiera encontrado su sitio. "
Adelaida García Morales, "El silencio de las sirenas"
Ayer, cansada y tal vez cansina, decidí evadirme-otra vez-con las sirenas de Adelaida, con El sur de Adelaida.

“Mamá se marchó a su tierra y tú no tenías amigos. Decían que eras tan raro … Pero a mí nunca me extrañó. Pensaba entonces que tú eras mago y que los magos eran siempre grandes solitarios.”

Todo esto me viene a la memoria como aquél rayo que no cesa y de los que son culpables, no sé si una tarde de abril, aunque puede que fuera octubre, en un I.E.S. de un pueblo periférico, con olor a cemento y a polígono gris apátrida, un puñadito de locos que creían,si, creían en lo que hacían. Y fue en una de esas tardes a los que los alumnos de nocturno asistíamos entre la somnolencia y el entusiasmo de hacer mil cosas a la vez, con la ensoñación de cambiar un mundo elitista-aunque en aquellos tiempos y en estos, diría más bien, adjetivo-compendio,mundo-cabrón. Ahora se que tuve una suerte o varias. De entre esas aulas surgió una confabulación mágica, una unión indeleble, el acto de pensar, de cotejar, de cuestionar y por supuesto, la magia de la lectura. De entre aquellos alquimistas entusiastas incansables de la palabra se encontraban Carme Riera, y en esos días fraguaba “Et deix amor la mar com a penyora” y que se sigue prodigando en producción literaria y en la docencia en la U.A.B Pero sobre todos y cada uno de esos incansables, estaba, Luis Maristany . El, era algo raro o nos parecía raro, nos ofrecía obras de autores impensables para unos bachilleres incipientes, Max Aub, Steinbeck, Woolf, Sender,Stendhal..
Juan Benet, aún resuena:
“Región era un pueblo repleto de ausencias. Los que se fueron jamás volvieron. Faltaba la madre, el amigo, la persona amada... Y en Región se desencadenaron acontecimientos incomprensibles.”
Luis, Luis, sonrío porque allá donde no habita el olvido-negando al poeta-estás tú. Tú y la insistencia en que no querías loros, ni tan siquiera papagayos intelectualoides de plumaje excelso y fondo de loro. Al fin y al cabo, un loro es un loro, decías. Tú y tus excelentes por mis críticas obscenas a Cela, por mi manía a Joyce, por mi debilidad por un incipiente Ferrater y una pasión exacerbada por ese gusto al fracaso, esa cadencia hacia los perdedores.
Y te reirás, no te equivocaste, sigo siendo tremendamente cabrona e injusta con todo lo que me huele a loro, internet es un bosque, una fuente, un mundo de papagayos, las idiotoriales más—he dicho bien, idiotoriales más de lo mismo.Las mujeres siguen escribiendo como mujeres—con el coraje que me da, con sus ripios decimonónicos,y por estos lares adornados con musiquillas, estrellitas, hadas, princesas y todo tipo de idiotez supina pero persisto, de entre la mierda o bien hay más mierda—el principio de Peter-o encuentras joyitas, lecturas que acompañan sin distancias y mujeres que escriben simplemente como mujeres pero sin ser la Srta. Pepis ni sin decir “miembra”—y es que tampoco gustabas de sirenas y yo lo único que quería es ser un poco Kerouac, una heroína de Flaubert, y más una Colometa que una tia con cola de pez que se pasa el día puteando a viajeros sexuales--el primero fue Ulises, que cara tenía ¿eh?- Bien pensado, lo que me gustaría es ser musa, todavía no he visto ningún anuncio "Se busca Musa, razón, aquí" y es que estamos en crisis ¿Y cuando no, te preguntarás? No se lo digas a Orwell que se descojonará y además te añadirá-amén de que tu alumna es una deslenguada, que también--que tenía razón.
Este país, este mundo, es tremendamente divertido, lo malo es que es real, te desayunas partiéndote de risa solo, un poco por desquicie, un poco porque la risa en soledad es jodida y acabas hablando en voz alta.
No te equivocaste Luis, no conmigo, sigo cotejando lo que puedo, y ¡Que coño! Si me venden la moto que les cueste un potosí o dos.
“Decían que eras tan raro … Pero a mí nunca me extrañó. Pensaba entonces que tú eras mago y que los magos eran siempre grandes solitarios.”
Y eras tan raro que me empujaste hacia la historia “ve y cuenta” “ve y di” y ahora se que lo que querías decir es que nunca debía de dejar de aprender y que la historia no se aprende nunca, que necesito siete vidas o vagar por toda la eternidad—esa idea me gusta, para dar por el culo a algunos y escupir como Vian algunas tumbas-y por ello me diste tareas para todos los Septiembres y todas las noches en vela.
Gracias por la magia, maestro.

P.D. No olvido a Cernuda, pero es que eras…eres, muy pesado, muy experto, jajaja, recordaré, sin embargo, a Marcos Ana, a él, a todos los del penal de Burgos, a todos los Marcos Ana anónimos de este puñetero y florido pensil.

jueves, 6 de noviembre de 2008

EL COLOR DE LAS PALABRAS.

















“…bebo en tu desgarradura, separo tus piernas desnudas las abro como un libro donde leo lo que me mata.” G. Bataille.


Rendición me encuentra extendida y sola,
abriéndome como un geranio petulante,
vulnerable al riego disperso de tu voz.

Niña me reconozco en defecto párvulo o silencio.

Catarsis necesaria para poder renacer entre tus piernas
como he renacido ya entre tus palabras y tu boca - tan mía-
No puedo ni quiero desunir la emoción desnuda,
adherida a los ribazos de mi costado impío
que me lleva la emoción, en volandas cómplices.
No hay referencias, por novísimo
por sagrado olor a semen, que se forjó en aquelarres,
conjuros estocásticos para acabar en sitio justo y llegada,
la calidez de un abrazo en una noche como ésta,
en una noche como todas las noches del mundo.
He vuelto a pintar paisajes con la pátina
de la geografía sin geografía,
con el color, de tus palabras.

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