viernes, 20 de febrero de 2009

CONSTRUCCIÓN DE AFECTOS.


A Sócrates Benítez Alcaraz.
Disculpa el retraso en el entendimiento, la actitud beligerante, la prepotencia mema de los veinte años e incluso de los treinta. No es tarde, no. He vuelto para reivindicar tu nombre y a los verdaderos constructores de catedrales.
"Uno no puede olvidar la sangre historiada,
los atardeceres en sierras y playas perfectas
donde el bronce se aunó con el Nostrum
para dar forma a la más milenaria y excelsa
de las tierras.
El ámbar dejó en corazón un si y un soplo.
En las noches brujas se oye un compás,
yo y tu sombra, paseando en gerundio con la luna."

3 comentarios:

Unknown dijo...

yo y tu sombra, paseando en gerundio con la luna.". Que preciosa frase. Gracias por tus palabras navegante...

Anónimo dijo...

Yo también me las ingeniaba en mi infancia con decenas de piezas.

Si bien, hoy, creo que más que un arquitecto era un ingeniero, si atendemos a los juguetes imposibles que creaba.

Qué entretenido darle vida a aquellos objetos que me nacían de la nada. Mis padres me decían que de mayor iba a ser inventor...

Bonito recuerdo me trajiste.

Un abrazo.
Hasta pronto.

La paciente nº 24 dijo...

Las catedrales del tiempo, su estructura, su erosión. Qué bien definido el recuerdo, qué bien enlazado el compás de la luna con el cartabón de la muerte. Y pasear de mano de una sombra; de un sentimiento. Qué puedo decir; mejor aplaudo.

Pues vaya coincidencia, lo de las mudanzas, espero que te fuera mejor que a mí. Es que tengo demasiado apego emocional a las cosas, en fin.

Un saludo coincidente.